Desde Rusia con 'pavor'

El viajero y escritor Colin Thubron dijo lo mismo que mi camarada catalan pero con estilo mas depurado: 'Desde que tengo uso de razon Rusia me ha inspirado miedo'. Asi empieza Thubron su genial ensayo 'Entre rusos', el mas agudo ejercicio de observacion jamas realizado por un occidental en tierra de zares, trazado durante una visita a la URSS en coche en 1983.

Con la caida del regimen comunista, a Occidente le faltaron razones para seguir demonizando al 'imperio del mal', para seguir temiendolo. El 'demonio' ruso se consumio en sus propias cenizas como un vampiro en la Costa del Sol y los militares occidentales (y las novelas de John Le Carre) se quedaron sin argumentos.

Pero ahora Rusia quiere volver a dar miedo. Con Vladimir Putin al frente, Rusia recupera su vocacion de coco y ensena sus colmillos afilados de largo alcance. Por primera vez desde la caida de la URSS, el empedrado de la Plaza Roja volvera a retumbar bajo el peso de blindados y de misiles intercontinentale en el desfile de la victoria sobre los nazis del proximo 9 de mayo, una noticia que ha provocado estupor incluso dentro de Rusia.

Moscu vuelve al exhibicionismo militar para demostrar que el tamano (en este caso de los misiles Topol) si importa. En un discurso reciente ante la elite politica, Putin dijo que 'una nueva espiral de la carrera de armamentos se ha lanzado en el mundo', razon por la que 'Rusia debe desarrollar nuevas armas cuyas caracteristicas seran las mismas o mas sofisticadas que las que disponen otros Estados'.

Cuando Putin habla asi, en el punto de mira de sus pupilas se dibuja el escudo antimisiles que EEUU quiere atornillar en territorio checo y polaco. Con su economia a todo gas gracias al precio alcista de los hidrocarburos (el PIB crecio un 8,1% en 2007), el militar que Rusia lleva dentro saca pecho en el ultimo ano con la recuperacion de los vuelos intercontinentales de cazas (suspendidos en 1992 por falta de presupuesto), el desarrollo de una bomba de vacio incontestable, la colocacion de una banderita rusa en la coronilla del planeta (en el fondo del Polo Norte cuyas riquezas reivindica), con una descomunal invesion en nanotecnologia o con demostrativas maniobras militares en el Golfo de Vizcaya, las mayores llevadas a cabo por el ejercito ruso en el Atlantico desde la caida de la URSS. ?Un 'fantasma' recorre Europa? Rusia no va de farol. El 'mal' que viene del frio (catarros al margen) renace en su version mas novelesca: John Le Carre ha confesado que sus editores jamas le habrian aceptado (por inverosimil) una historia como la del envenenamiento con polonio radiactivo del ex agente ruso Alexander Litvinenko en noviembre de 2006.

Durante decadas los americanos dibujaron la imagen mas perfida del ruso 'bombardeandonos' con peliculas de espias durante toda la guerra fria. Sin embargo, debo confesar que cuando de pequeno veia como aquellos 'hombres de hielo' uniformados le pedian los documentos a Clint Eastwood en el aeropuerto de Moscu (Firefox, 1982) con su acento falso marcando mucho la errre (sepan que los rusos pronunciar la 'r' rusa muy suave), en el fondo sentia mas atraccion que repulsion. Todo lo oscuro (aunque este cubierto de blanco) ejerce una extrana atraccion (que se lo digan a Darth Vader).

El ultranacionalista Vladimir Zhirinovski me dijo en una entrevista que 'Occidente lleva 300 anos deningrando a Rusia por envidia'. No creo que se trate de envidia, si no de un mecanismo mas complejo rayano en el masoquismo. Ni Napoleon y Hitler sabrian explicar a ciencia cierta que fue lo que les atrajo a Moscu, lo que les llevo a patinar en su intento por reescribir su gloria militar en la pagina en blanco de Rusia.

Cansados de dar vueltas y mas vueltas sobre 'el misterio del alma rusa' como 'sputnik' en via muerta, algunos viajeros occidentales fascinados por Rusia (como es el caso de Anselmo Santos) han dado en hablar de 'la atraccion del caos' como unica explicacion posible a ese extrano magnetismo que algunos foraneos sentimos hacia este pais semiasiatico. No me refiero al 'caos' en clave periodistica (los estallidos de submarinos y de escuelas son cosa del pasado en la Rusia del tardoputinismo), si no de un caos que es sinonimo de choque cultural desquiciante, de inadaptacion del foraneo a los esquemas rusos, a un eje moral de coordenadas en el que acabamos siempre crucificados. En este sentido, Rusia sigue siendo 'tierra de Mordor' para los hobitts europeos.

Rusia genera una atraccion romantica (y por lo tanto irracional) con sus iconos siempre sugestivos y eternos palpitando en la mente del forastero: los zares, la nieve, la revolucion, los espias, el transiberiano, el ballet o el casco de una botella de vodka rodando entre las piernas de los pasajeros adormilados de un vagon del metro de Moscu a las dos de la madrugada... Rusia enfrasca como a un nino le absorbe un cuento lleno de contrastes, con hadas (rubias) y ogros (mafiosos) haciendo de las suyas. La bella y la bestia, lo bello y lo feo, caminan de la mano por las aceras heladas de Moscu...

'Terra incognita' llamaban a Rusia los mapas medievales castellanos. Y no les faltaba razon, pues los interrogantes (a la excepcion de quien sera el proximo presidente) se multiplican como piojos en las cabezas occidentales (ya los iremos aplastando uno por uno).

Valga esta divagacion como introduccion para un blog que me gustaria compartir con todos aquellos que alguna vez estuvieron sometidos a esa atraccion-repulsion que Rusia ejerce sobre los cuerpos y sobre las almas. Hablaremos de politica, de personas, de paisajes y de costumbres, pero sobre todo de vida (y de sinvivir). Prometo no hablar de Eurovision. ('?que miedo!').